CONTENIDO

Recuerdos de un amor imposible.
El tiempo perdido.
El amor metido en un zapato.
Versos a la Diosa de mi amor.
La dimensión del tiempo.
La soledad dormida en un sueño.
Posibilidad vacía.
El eco del amor sincero.
Amor de primavera.
Una mujer y la esperanza de una nueva vida.

RECUERDOS DE UN AMOR IMPOSIBLE

Me interesa el pasado que viví contigo,
aunque parezca ridículo, me haces falta.
Extraño las tardes junto a tu puerta,
una mirada esquiva, un beso a media caña.

No te he visto, mis ojos te buscan en el vacío,
en el desierto de un pueblo que no tiene casas.
Las telarañas del olvido bordan tu nombre
con hilos elásticos y dulces de limón.

¡Mi amor! mi prohibida ilusión,
sigo queriéndote.
Aunque parezca tonto, quiero sufrir en un parque,
esperándote,
quiero tocar la panza de un tambor
con la baqueta que olvidaste en mi mesa de cartón.

Cuando escucho hablar de ti, me quedo mudo,
cierro los ojos y te imagino sentada junto a mí.
Cogida de mi mano, matando el tiempo,
suspirando una canción de Ana Gabriel.

MI querida amante, en momentos como este
las palabras que nacen de mi mente lloran,
porque son inspiraciones escritas
en la cáscara de un plátano verde.
Tienes veinte años y mañana soñarás
con ser una mujer de mundo nuevo.
En tu sueño dibújame un avioncito de papel,
hazlo volar sobre mi cabeza, yo lo atraparé
con la punta de mi lapicero sin tinta.

EL TIEMPO PERDIDO

Te amo esta primera noche de octubre,
En la soledad de mis pensamientos noctámbulos.

Ayer cuando nuestra historia empezó a escribirse
Me daba miedo enamorarme y sufrir un desaire.
Obligué a mi corazón esconder sus verdaderos sentimientos,
pensando que podía controlarlos por mucho tiempo,
mas ha sido inútil, no puedo fingir,
estoy enamorado de ti,
¡Eres mi dulce amor!
y ahora ya no puedo ocultarlo.

Me gusta tu sonrisa color de flor,
Anhelo tu voz serena, la magia de tu mirada traviesa.
Recordando tus ocurrencias y tus enigmáticas actitudes,
Igual que ayer, siento que Dios me está mirando.
Siento que es a ti a quien estuve buscando
en mis sueños, en mis días de tristeza.
Siento que el amor siempre estuvo rondando,
pues estabas tan cerca de mí,
que ahora me parece todo,
un invento del tiempo que ayer perdí.

EL AMOR METIDO EN UN ZAPATO

Hace frío dentro de esta botella de hielo,
tengo las manos heladas de tanto llorar.
Tú estás al otro lado, nos miramos
y no podemos tocarnos, escucharnos,
besarnos ni abrazarnos.
Esperaré que salga el sol de la mañana,
que expanda sus rayos de fuego matinal.
Aquí en este espacio circular
esperaré que desaparezcan las sombras
de mi visión nublada.
Será verano, será invierno en el hueco
por donde saldrá mi respiración pausada,
corta, débil como una pestaña de cristal.

Me mirarás y tus ojos proyectarán un calor
de arco iris. Después sonreirás, dirás que eres bella.
Gritaré, mi voz dibujará una hoja de manzanilla
en la superficie casi rota de esta botella
que ya no es de hielo sino de agua.

Mírame, vuelvo a ser un hombre libre
que camina sobre esta laguna agonizante.
Estás mojada, toca mis manos, rosa mis labios
que también están húmedos.
El amor es de agua,
la tristeza de hielo nocturno.

¿Recuerdas que una vez nos metimos en un zapato
y navegamos por islas desconocidas?
A lo mejor ya te olvidaste, pero nunca olvides
que hoy me encontraste preso en una botella de hielo,
no olvides que al nacer la mañana
tu amor y mi amor se volvieron sol.

VERSOS A LA DIOSA DE MI AMOR

Tus ojos hechizan el tic tac de mi corazón,
Estampando el amor en todos sus rincones.

Antes de conocerte mi felicidad era el ayer,
Me había acostumbrado a vivir sin ilusión.
Oh! ahora que te conozco, el tiempo no existe,
las horas han muerto y tú has nacido en mí
como un beso debajo del agua.

Intento tocar la luz de tu recuerdo,
Nombrar un verso y sentir que eres tú.
Galopar sobre mis sueños para ver tu sonrisa,
Refugiar mis manos en tus negros cabellos,
Invocar al viento el sonido de tu voz serena,
Dibujar una rosa y empezar a quererte.

Jamás mis palabras habían señalado un destino,
O una ruta por donde emitir una fantasía.
Veros de hoy, imposibilidades del tiempo pasado,
Al enamorarme de ti todo lo imposible se hizo fácil.
No existen barreras ni obstrucciones en este camino,
No existe nada, sólo la sensación de tu compañía.
Aquí en el centro de este universo mágico
tú eres la Diosa que guía mis pasos
hacía el amor, el amor que eres tú,
solamente tú…

LA DIMENSIÓN DEL TIEMPO

El tiempo pasa con las alas abiertas,
aletea, y ese viento forzado se topa
con la loca caricia de lo intocable.
Los años, los meses y los días de dolor
se juntan en un puñado de arena fina.
Ya no existen columpios ni cronómetros,
un solo soplo de viento lo ha borrado todo.

¿Quién llora?
Es posible que el recuerdo emita pulsaciones
parecidas al de un carro con las llantas sin aire.
Detenga su llanto, apague su memoria
quien sea el que trate de volver al pasado.

¿Quién llora?
Lo llamo con mil nombres y no me contesta,
detrás de su rostro la naturaleza es muerta,
es humo o es polvo de ceniza negra.
Su voz viene de un alma sin cuerpo,
de una dimensión lejana y desconocida
donde el futuro es un fantasma que mata.

¿Quién llora?
La costumbre de sufrir se arraiga en el alma,
en el pecho de aquel que perdió la fe por vivir.
Amanece y para él, la luz del sol es penumbra
que enceguece la historia de su desgracia.
Es necesario secar las lágrimas de la insensatez,
que abra los ojos, que respire el nuevo viento,
que ahuyente con su boca el cantar del ayer.
Nada muere, nada muere sólo se transforma.

¿Quién llora? ¿Quién?
Ya sé, mi amigo, el que duerme
debajo de esta tumba sin cruz.

LA SOLEDAD DORMIDA EN UN SUEÑO

Dame tu mano de carbón, no temas,
camina conmigo sobre este charco de sal.
No creas en supersticiones, ¡Por favor!
bota ese manojo de ruda,
sácate ese collar de limones secos.

Dame tu mano y siente el calor de mi cuerpo,
ya verás vamos a llegar al otro lado.
Así dibuja tus huellas en el barro,
no intentes correr, pues terminarás sin poder andar.
¡Que fácil! mis zapatos de ocre se quiebran.
Mira, mi cara se está derritiendo como cera.
¡Anímate! sacúdete el pelo,
estamos pasando el último retazo del mal.

Hay un letrero en las faldas del cerro:
“Soledad, soledad” ¡Qué importa!
son sólo profecías, creencias para ignorantes.
Dame tu mano,
ahora eres de carne y hueso,
tócame, sóplame el ojo,
un grano de arena obstaculiza mi visión real.

No, no te vayas,
no te transformes en viento.
Mira el cielo azul, las piedras brillantes,
patéame con la fantasía de tu corazón.
Sigue, es fácil,
detrás del cerro tengo mi casa,
una laguna y un libro de tonterías ficticias.
¿No me crees?
detén tus pasos y te explicaré.
Siempre fuiste así,
me lo diste todo y después me dejaste sin nada.

Te voy a buscar, no escaparás de mí,
mañana te dibujaré en mi sueño,
entonces no despertaré hasta besar tu boca.
No te rías, voy abrir los ojos
y te vas a quedar sola,
perdida en la constelación de la inexistencia.
Hasta mañana, es hora de despertar,
el sol está nublando mis ojos.

POSIBILIDAD VACÍA

Miro tu sonrisa en el cielo nublado,
te llamo y mi voz vuelve a ser una sombra
que se pierde junto a tu boca rosada.
Escuchó al frío de la tarde gritar tu nombre,
buscó tu mirada en el fondo del horizonte,
y veo tus ojos oscuros que proyectan la luz
de mi inspiración nocturna.

Mañana al nacer el sol,
las horas correrán tras tus pasos.
Reirán las aves al volar sobre tu resplandor,
yo miraré de lejos, cerraré los ojos
y sentiré que en mi universo sólo existes tú.

¿Recuerdas aquella noche de fantasía?
Es posible que la hayas olvidado hace un instante,
pero a pesar de eso sigues presente
en la hoja de mi cuaderno taciturno.
¿Sospechas que te amo?
No lo sé, a veces el amor es una ilusión vacía,
una posibilidad escondida en un verso fantasma.
Háblame, dime que en la página de tu corazón
el sonido del mar es como una gota de cristal.
Cierra los ojos, no olvides que en un día de invierno
me abrigué con el néctar de tu sonrisa de miel.

EL ECO DEL AMOR SINCERO

Te amo esta noche de noviembre,
esta noche que la luna se ha metido
entre los dedos de mi recuerdo nocturno.
Te amo en mis sueños de madrugada,
en el suspiro del sol al nacer la mañana,
en el compás de mi voz al decir que te quiero.

Te amo, aunque no existan respuestas,
aunque mis esperanzas sean nulas,
a pesar del vacío, del desaire y del silencio.

Sé que estoy enamorado,
lo noto en mi manera de actuar cuando estoy contigo.
Nada hará que me olvidé de ti,
ni siquiera el saber que no me quieres.
Por eso en mi soledad surgen estás sensaciones,
y mientras en el silencio mi voz duerme:
Las mariposas del jardín dibujan tu nombre,
Inventan tu sonrisa en el cielo azul,
Zambullen sus alas en la miel de tu boca.
intentando escuchar el eco de mi corazón
que repite mil veces la misma frase:
¡Te amo! ¡Te amo desde el día que te conocí!

AMOR DE PRIMAVERA

Eres mi dulce amor de primavera,
desde aquel día que te vi por primera vez.
Eres como el sol de la mañana,
como la luz de un día que no tiene fin.
Eres la inspiración de mi poesía nocturna,
el reflejo de mi noche serena,
el motivo de mis sueños de fantasía.

Te estoy amando cada día más,
Renacen por ti mis versos de ayer,
Expresando los mil deseos de mi corazón,
Obligando a mi voz decir que te amo.
Antes de conocerte las noches eran penumbra,
Susurros que no tenían idioma,
Mas ahora, todo tiene ritmo y sentimiento.
Ante ti, mis horas son momentos de dicha,
Olas del mar de Huanchaco, de la tarde aquella
que inspirado en tu hermosura
dije que te amaba.

Esta noche de octubre el cielo está mirándome,
en ese espacio sólo existes tú,
el destello de tu mirada y el color de tus labios.
Cuando estoy contigo quisiera detener el tiempo,
escribir mil veces que te amo,
para que sepan todos que eres lo más maravilloso,
que eres mi noche, mi cielo, mi amor,
mi luna,
mi sol,
mi luz…

UNA MUJER Y LA ESPERANZA DE UNA NUEVA VIDA

Sé que soñabas con un futuro diferente,
con no ser común como los demás.
Pero tu intento falló
y allí en la ciudad te sentiste
más ordinaria y ajena que antes.

Ese camino lleno de esperanzas
se fue oscureciendo al compás de tus pasos.
Querías prender la luz del desafío,
luchar contra el tiempo perdido.
La batalla te dio una patada
y caíste sobre piedras y lodo.
Irredenta seguiste caminando,
algo sorprendida te diste cuenta
que en tu ruta mucha gente
antes que tú,
había caído para siempre.

La voz de la persistencia te cobijó,
y en su calor constante
tus ojos empezaron a ver la luz
de un sol distinto.
¡Habías ansiado tanto respirar esa frescura!
te sentías feliz de haber llegado.
Escribiste tu nombre sobre la arena húmeda
y muy pronto una ola blanca lo borró.
Estabas en el mar,
el cual era el símbolo de tu nueva vida,
lloraste al sentir en tus pies el agua fría.
Al calmar tu llanto
ya no eras la misma,
“Habías muerto”
y a esa hora las olas
borraban las últimas letras
de tu existencia pasada.
Un sonido final ahogó tu suspiro,
y luego la oscuridad, el mar y sus olas
fueron cubriendo los vestigios
“de tu vida perdida”.

A LA DUEÑA DE MI AMOR

Buscando la razón de mi alegría apareces tú,
Rutilando en el universo de mis recuerdos.
Ilusionado con tu sonrisa nocturna, escribo
Soñando con el destello de tu seductora mirada.
Ayer, al verte el amor golpeó a mi corazón,
Inútil es negar que me enamoré en ese instante.
Después, al oír tu voz, al sentir la dulzura de tu presencia,
Amanecieron en mí, sentimientos nuevos
que me hicieron desear no separarme de ti.

Eres la princesa de mi poesía de otoño
Razón de mis noches de insomnio.
Eres la melodía que susurra en la luz de mi corazón.
Sin ti, las tardes son hojas secas que se lleva el viento.
No puedo reir sin el reflejo de tu presencia,
sin sentir la seducción de tus cabellos negros.

Es domingo por la mañana, extraño tu voz,
La expresión mojada de tus labios rojos.
Invento una forma diferente de expresar el amor,
y entonces en mi ventana el viento escribe tu nombre.

Amor es lo que siento al recordarte,
Me da miedo negarlo, no puedo ocultarlo más.
Ocurre que el silencio se transforma en palabra.
Relumbrante, encantadora te dibujas en mi mente.
De un lugar lejano se escucha el eco de una voz:
¡Te amo! ¡Te amo!,
Es el mensaje de mi corazón
desde aquella tarde que me enamore de ti.